Nissan GT-R Egoist

restyling del Nissan GT-R. Entre las novedades que pudimos ver hay que destacar un considerable incremento de potencia, llegando a los 530 caballos, así como la introducción de nuevas variantes, incluyendo una Club Track para rodar en circuitos, y la muy esperada Egoist, una versión destinada a los clientes más exigentes. El GT-R siempre se ha caracterizado por su altísimo rendimiento: gracias a su potente motor, la tracción integral, y una electrónica que nos permite rodar a ritmo de carreras sin apenas despeinarnos, el deportivo de Nissan ha puesto en jaque a todo el stablishment europeo, especialmente a Porsche. Y es que una de las claves de su éxito era el precio de la versión básica, muy cercano al de un Porsche 911 Carrera.

Por contra, los acabados, aun estando por encima de la media, nunca han estado a la altura de sus rivales europeos, especialmente Ferrari, y es por eso que en Japón han decidido ofrecer una versión donde la calidad de los acabados y el lujo brillen por encima de todo: la han llamado, muy apropiadamente, Nissan GT-R Egoist. Éste está basado en el modelo básico (si es que podemos llamar así a un monstruo de 530 caballos y 612 Nm de par) con el que compartirá todos los elementos mecánicos. Estéticamente, por contra, el Egoist está mucho más cerca del SpecV gracias al alerón de fibra de carbono y las llantas RAYS acabadas en un exclusivo color Blue Sword Chrome. También comparte con este último el sistema de escape realizado en titanio que, como las llantas, ayudan a reducir el peso de forma considerable.


Lo mejor, no obstante, hay que buscarlo en el interior. Con un vistoso cuero color crema, el habitáculo del Egoist poco tiene que envidiar a lo mejor de Porsche y Ferrari. Para empezar, el cliente puede elegir entre 20 combinaciones diferentes de colores, 4 para la parte superior, y 10 para la inferior. Una vez elegida la combinación, Nissan enviará los materiales a Alemania para que un artesano trabaje con una selección de las mejores telas. Los asientos, sin perder un ápice de soporte lateral, cuentan asimismo con un diseño reticular que recuerda a los asientos Daytona que ofrece Ferrari, y pueden estar acabados con un cosido simple, o doble. Lo dicho, calidad de la buena.

En el exterior, tenemos hasta 20 combinaciones de colores diferentes (por contra, el SpecV tan sólo se ofrecía con dos colores). Tal es la obsesión que Nissan ha tenido por los detalles, que hasta una cosa tan simple como los emblemas GT-R han estado hechos por un artista llamado Sakae Kubota, un artesano especializado en el trabajo de la laca Wajima Maki-e.

Por lo que respecta al equipo de sonido, éste está firmado por el especialista BOSE, y cuenta con woofers fabricados en un composite basado en el carbono, capaces de cancelar las vibraciones gracias a su alta rigidez. Lo mejor, no obstante, viene ahora: BOSE ajustará cada sistema individualmente para cada propietario, dependiendo de la posición de conducción de cada uno. ¿Exagerado? Quizás.

Evidentemente, todo esto tiene un precio, y éste no es precisamente barato. En Japón, el Nissan GT-R Egoist se venderá por ¥15.000.300, al cambio, unos 133.000€. Eso es prácticamente el doble de lo que vale el Nissan GT-R base, que se ofrece por ¥8.694.000, poco menos de 77.000€. ¿Está justificado este incremento de precio? Personalmente creo que no, aunque probablemente eso se deba a que estoy muy malacostumbrado con el GT-R base: un coche capaz de rodar en el Nürburgring más rápido que el nuevo Porsche 911 GT2 RS, a un precio cercano al del 911 Carrera, me parece la ganga del siglo. Después de todo, quizás no es que el Egoist sea demasiado caro, sino que el GT-R es demasiado barato…

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